¿Has decidido poner hilo musical en tu empresa pero aun no tienes claro qué tipo de música es la más adecuada? te damos las claves para que la música ambiental de tu negocio sea la correcta.
Piensa en tu público objetivo
Uno de los errores comunes que se suelen cometer en estos casos es poner la música que le gusta a uno mismo, lo que puede generar disonancia entre cliente y negocio. La música que utilicemos para nuestro negocio debe agradar a nuestro cliente objetivo. Si, por ejemplo, nuestro producto está orientado a mujeres entre 40-60 años, tendremos que orientar la música a los gustos generales de ese segmento. Poner una música con la que nuestro cliente no se identifica perjudicará a la imagen de marca cuanto más se aleje de los gustos del cliente.
La variedad musical debe ser coherente entre sí y con la imagen de marca
La música no solo debe agradar a nuestro cliente objetivo, si no que además tiene que estar en sintonía con nuestra imagen de marca. A un mismo segmento de edad le pueden gustar géneros tan diferentes como el Rock o las Sevillanas, así que tendremos que adoptar un estilo musical en función de lo que queramos transmitir sobre nuestra empresa.
Igualmente, no es conveniente mezclar géneros musicales muy dispares sin justificación. Es un ejemplo demasiado obvio, pero una ambientación musical donde suena una balada de los Scorpions después de un tema de bachata va a generar confusión en el cliente, que no va a entender el porqué de esa selección musical. Sin embargo, es habitual, y está justificado por las fechas, que muchos establecimientos mezclen su música habitual con villancicos.
Cuidado con el volumen
No existe un estándar de volumen correcto para la música ambiental. Lo más normal es que esté a un volumen moderado que no espante a los clientes por estar demasiado alto, pero hay excepciones. Algunas conocidas marcas de ropa ponen música muy alta porque se dirigen a un público más joven que no solo lo tolera, si no que lo disfruta. Pueden tener un volumen alto porque la música forma parte de la personalidad de la marca y se utiliza como un elemento destacable del espacio. Como si fuera una pieza del mobiliario indispensable de la tienda. Algo con el que el cliente se identifica y actúa como componente de la experiencia de compra. Pero por otro lado, podemos observar cadenas de supermercados con la música a niveles muy bajos donde se busca acompañar sin molestar, que el cliente sienta que el espacio está vivo pero sin estridencias que lo incomoden en su obligatoria compra diaria. Esto se debe a que el público de un supermercado es mucho más heterogéneo que el que puede tener una tienda de moda, por lo que es imposible segmentar por gustos musicales en cuanto a género o volumen. Así que en este caso se opta por una ambientación neutra donde la música se perciba de fondo pero sin ser protagonista.
Los temas musicales deben variar en la medida de lo posible
Es importante que la música ambiental no sea repetitiva para tus clientes. Eso no significa que la misma canción no pueda sonar dos días seguidos, dependerá del tiempo medio que pase tu cliente en el establecimiento y su frecuencia de visita. Si tu cliente habitual viene una vez a la semana y la visita dura unos minutos, o incluso horas, no importa que la música se repita durante la semana, tu cliente no lo percibirá. No obstante, es conveniente que varíe para no saturar a los trabajadores del establecimiento que pasan toda la jornada escuchando la misma música. Hay que tener en cuenta que no todos los tipos de música pueden variar con la misma frecuencia. Es decir, si el estilo de música son ‘éxitos actuales’, la frecuencia de actualización podrá ser más alta que si el estilo es ‘música clásica’, donde hay menos repertorio y no se generan nuevos temas.
Cuenta con el consejo de profesionales
Si vas quieres poner hilo musical en tu negocio y necesitas asesoramiento sobre qué música poner, no dudes en contactar con nosotros.