Qué es un ambientador profesional
Se conoce como ambientadores profesionales a aquellos concebidos para un uso en marketing olfativo. Es decir, perfumes que no están destinados a cliente final, si no a empresas a las que les servirá como herramienta de marketing.
Usos
Aromatización de espacios
Uno de los usos más de los ambientadores profesionales es su uso para aromatizar espacios. Esta aromatización puede responder a cinco objetivos: mejorar el confort en el establecimiento, asociar un aroma a la marca, evocar sensaciones relacionadas con el producto, provocar el deseo hacia un producto o mejorar la inmersión en una experiencia.
Objetivos
Mejorar el confort
Es la forma más básica de marketing olfativo y consiste simplemente en utilizar un aroma agradable que haga la estancia más acogedora para el cliente. Este objetivo es complementario con el resto, pero si no se busca otra cosa que hacer una estancia confortable, no es necesario que el aroma cumpla ningún requisito más allá de resultar amable al olfato.
Asociar aroma y marca
Es lo que conocemos como odotipo, un aroma que cumple la función de logo olfativo que permite identificar a la marca mediante el olfato. Para que funcione bien como imagen de marca, el aroma debe tener cierta exclusividad, es decir, debe ser un perfume desarrollado ad hoc buscando representar a la marca y que no utilice nadie más para que la identificación sea inequívoca.
Evocar sensaciones positivas sobre un producto
Consiste en utilizar aromas que nos evoquen situaciones o recuerdos positivos relacionados con el producto. Uno de los casos más paradigmáticos es el olor a coche nuevo. Este aroma corresponde en realidad al olor del plástico recién fabricado de algunos componentes del interior del coche, pero en la mente del consumidor adquiere un significado mucho más emocional, ya que no solo se asocia a ‘nuevo’ y ‘limpio’ – dos términos muy positivos- si no que evoca una situación de felicidad provocada por la satisfacción que conlleva estrenar un coche. Es decir que, si utilizamos este aroma en una flota de vehículos de alquiler, estaremos evocando esa sensación de «estrenar coche» y estaremos trasmitiendo la idea de limpieza en los vehículos.
Despertar el deseo hacia un producto
Este es un objetivo más habitual en alimentación. Consiste en despertar el apetito hacia un producto mediante el aroma. Suele utilizarse cuando el alimento no se produce en el mismo sitio donde se vende. Es decir, que está envasado y no puede desprender su olor característico. Aunque también puede usarse para potenciar un olor ya existente. Un ejemplo común sería el olor a palomitas en el cine o el olor a chocolate en una tienda de dulces.
Otro tipo de uso es en campañas de publicidad mediante cartelería en exteriores, que combinan la imagen del producto con el aroma, como en la campaña de Shandy Cruzcampo realizada en 2012.
Inmersión en una experiencia
Es un tipo de aromatización que funciona en conjunto con contenido sonoro o visual con un objetivo más centrado en la experiencia que en las ventas. El aroma vendría a complementar al otro contenido, creando una sensación de inmersión. Su premisa se basa en que, cuantos más sentidos se utilicen en el mensaje más memorable será la experiencia.
Forma de aromatizar los espacios
Una vez que tenemos claro cuál es nuestro objetivo pasamos a la parte logística, la que nos va a permitir aromatizar nuestros espacios.
Nebulizadores eléctricos
Es la opción recomendada ya que automatiza la aromatización. Pueden funcionar con baterías o conectados a la corriente eléctrica. En The Sensory Lab trabajamos con estos últimos, que pueden ir instalados en los conductos de aire acondicionado o de forma directa.
Pulverizador manual
Como su propio nombre indica, no es más que un pulverizador de mano estándar. A pesar de que recomendamos la automatización del servicio, puede funcionar como opción más económica o para aquellos casos onde no sea posible disponer de una opción eléctrica como en la ya comentada aromatización de flota de coches.
Merchandising
Otro uso que pueden tener los ambientadores profesionales es su uso como elemento de merchandising. Elementos que pueden personalizarse con la imagen de marca y comercializarse como un producto. En este sentido se pueden crear mikados, velas aromatizadas, sachets o cerámica aromatizada.
También pueden aromatizarse productos que no funcionarían como ambientadores, si no que vendrían a complementar el contexto del producto. Un ejemplo famoso fue la edición del videojuego FIFA 2001 cuyo disco de juego estaba aromatizado con olor a césped recién cortado.