En perfumería se suelen mezclar diferentes esencias para lograr fragancias únicas. Esto da lugar a perfumes complejos y con muchos matices que son difíciles clasificar y de explicar con palabras. Aquí es donde entra en juego la pirámide olfativa, que es un esquema de las diferentes notas que tiene un perfume y en qué orden se pueden apreciar una vez se aplica el aroma en el ambiente o en una superficie.
La pirámide olfativa permite entender las características de un aroma de manera visual. En nuestro campo, que es el marketing olfativo, es una herramienta nos sirve para presentar las fragancias a los clientes. Generalmente ofrecemos diferentes propuestas de perfume a los clientes para que elijan, por lo que solemos utilizarlas para que entiendan cómo funciona cada aroma.
Una pirámide se divide en tres tipos de notas: notas de salida, notas de corazón y notas finales. Cada tipo de nota representa las fases por las que pasa un aroma, desde que es aplicado hasta que desaparece.
Notas de salida
Son las notas que se perciben en los primeros minutos de la aplicación del perfume. Son los aromas más volátiles. La volatilidad es la facilidad con la que un líquido pasa a estado gaseoso, lo que hace que sean las primeras notas en ser percibidas, pero también las primeras en desaparecer.
Las notas de corazón
Aparecerán unos minutos después que las notas de salida y son las que definirán al perfume. Como su nombre indica, son las notas principales y las que darán el carácter y la personalidad a la fragancia.
Notas de fondo
Son las notas menos volátiles y, por tanto, las que más tardarán en percibirse. Dan profundidad al aroma, siendo unos pequeños matices que se perciben a través de las notas de corazón. A su vez, será el leve aroma que quedará una vez que las notas de corazón se hayan desvanecido.
No existe un tiempo definido de duración de cada fase, ya que variará dependiendo de los ingredientes utilizados.
En cada fase puede haber notas de diferentes aromas. Es decir, en las notas de salida podemos tener, por ejemplo, notas especiadas y cítricas de bergamota y limón; que las notas de corazón estén compuestas por las notas florales de jazmín y rosa; y que las notas de fondo tengan toques de almizcle, ámbar y madera. Lo importante es que, al final, todas estas notas se complementen y creen una armonía de aromas que den lugar a una fragancia única.