Una instalación de megafonía o instalación de sonido debe contar con, como mínimo, tres elementos: fuente, amplificador y altavoces. Generalmente unidos mediante cables, aunque también existen componentes inalámbricos.
La fuente es el elemento desde el que vamos a emitir el contenido. Puede ser una radio, un ordenador, un móvil, un micrófono, un instrumento o, en nuestro caso particular, un player de hilo musical. El amplificador es el elemento que, como su propio nombre indica, amplifica la señal de la fuente para llevarla a los altavoces. En algunas ocasiones podemos encontrarnos estos elementos en el mismo dispositivo como los altavoces con amplificador incorporado.
Dependiendo de las características del local podremos contar con diferentes tipos de altavoces. Según el tipo de montaje tendemos altavoces de montaje en superficie, que van sujetos con un soporte adicional; de techo, que están empotrados en el falso techo; y colgantes, que van suspendidos como si fueran una lámpara. Atendiendo a su funcionamiento tenemos los altavoces de bocina, que suelen usarse en exteriores y funcionan bien para reproducir mensajes de voz; y los altavoces direccionales, capaces de proyectar el sonido como si fuera un rayo.
La calidad de sonido de una instalación será tan buena como el peor de sus componentes
Es decir, si tenemos música y altavoces con calidad HI-FI, pero un amplificador de gama baja, el sonido final será el que dé el amplificador, ya que por sus limitaciones, no podrá ofrecer calidad HI-FI a los altavoces. Lo ideal es que la instalación tenga la mayor calidad posible, pero es recomendable que, al hacer una instalación, todos los componentes tengan calidades similares, de forma que no se malgaste dinero en equipos que no van a poder dar su máximo rendimiento debido a que están limitados por otros componentes de peor calidad.
Los materiales del local, el tamaño y el aforo influyen en el sonido
Las ondas de sonido se desplazan por el aire y chocan contra los elementos que se encuentran a su paso: paredes, muebles, ventanas, personas, etc. Dependiendo del material de estos elementos, el sonido es absorbido o rebotado. Los materiales porosos tienden a absorber el sonido y se utilizan como aislante acústico, mientras que los materiales lisos y compactos tienden a hacer rebotar el sonido produciendo efectos de reverberación o, incluso, eco. La reverberación es un efecto que hace que el sonido se prolongue ligeramente en el tiempo debido a los rebotes. Un caso muy típico de reverberación es el de las iglesias, que se construían a propósito para que se escuchase al sacerdote desde cualquier punto de la misma. Cuando la prolongación del sonido llega a producir un duplicado del mismo, estaríamos hablando de eco.
Así que, la instalación de megafonía se definirá dependiendo de las características del local. Por ejemplo, si queremos sonorizar un teatro debemos tener en cuenta el material de las paredes y el techo, la altura del mismo, las butacas, si el suelo es de madera o de moqueta y el número de espectadores, ya que el sonido será diferente según la cantidad de gente que vaya a ver la obra.
Sonorizar en exteriores requiere una instalación de megafonía especial
Como comentábamos antes, las ondas de sonido rebotan, y eso afecta al resultado del sonido que percibimos. En exteriores, al no haber techo ni paredes, gran parte del rebote de las ondas se pierde, por lo que, si queremos un resultado similar, necesitaremos más potencia para sonorizar la misma superficie. Una alternativa puede ser utilizar altavoces direccionales que apunten hacia zonas donde se prevea que va a estar el público. De esta forma se concentra el sonido y se evita que las ondas de sonido se pierdan hacia zonas donde no serían escuchadas.
El sonido debe ser uniforme en todo el local
Esto simplemente requiere que la distribución de los altavoces sea la correcta, para que el sonido se perciba igual desde cualquier punto del local.
Instala acorde a tus necesidades
¿Vas a necesitar que el volumen esté muy alto? ¿Hay normativa de sonido que te impida subir de determinados decibelios? Estas son preguntas que te debes hacer para que la instalación no se quede corta o instales más potencia de la que necesitas o puedes utilizar.
Poner música en un establecimiento puede parecer una acción sin más, pero la música influye en la imagen de la marca, por lo que muchas veces se cae en errores que vienen de desconocer esta circunstancia o de no prestarle la debida atención. En todos nuestros años de experiencia, hemos visto multitud de situaciones que siempre hemos querido corregir con nuestro servicio de hilo musical.
Elegir la música que a ti te gusta
Uno de los errores más comunes es anteponer los gustos personales a los de la imagen de marca. Si bien es cierto que la música también es un elemento capaz de motivar al trabajador de la tienda, no hay que olvidar que esta debe ir principalmente enfocada a mejorar la experiencia de nuestro cliente objetivo y a comunicarle nuestra imagen. Así que evita dejarte llevar por lo que a ti te gusta y piensa en lo que necesita tu negocio.
No contar con una instalación de sonido adecuada
Una buena instalación de sonido no consiste únicamente en material de calidad, también en una buena distribución de los altavoces y disponer de la potencia adecuada para el local. Y cuando decimos ‘potencia adecuada’ también nos referimos a no pecar de exceso de la misma. Seguramente no necesites sonorizar el establecimiento como si fuera una discoteca, o quizás si, dependerá de tu tipo de negocio y del uso que vayas a hacer. La cuestión es que no pagues innecesariamente por una instalación que exceda tus necesidades, ni que tampoco tengas un equipo de mala calidad que te proporcione un sonido deficiente.
No unificar la música de todas las tiendas
Si dispones de una cadena de establecimientos conocerás la importancia de que todos los locales transmitan la misma imagen. La experiencia de compra debe ser similar en todas las tiendas para que la imagen de marca no difiera de una a otra. La música forma parte de la experiencia de compra y de la imagen, por lo que es importante unificar lo que suena en cada tienda.
Programar cuñas publicitarias demasiado seguidas
Bien, esto no es música, pero está relacionado ya que se emite por el mismo medio y tiene que interrumpirla para que se oiga el mensaje. Muchos tipos de negocios utilizan mensajes de audio que pueden ser cuñas publicitarias o mensajes informativos. Es muy habitual en supermercados, pero también lo podemos encontrar en centros comerciales y otras grandes superficies. La cuñas son una herramienta muy útil que te puede ayudar a aumentar tus ventas, pero eso sí, no las programes demasiado seguido.. Escuchar cada 5 minutos la misma cuña va a resultar molesto al cliente, por lo que se deben programar con moderación y teniendo en cuenta el tiempo medio de visita de los clientes para que no acaben saturados de escuchar lo mismo continuamente.
Volumen no adecuado
Seguramente has estado en algún bar en el que tenías que gritar para que te escucharan; o en alguna tienda de ropa donde la música estaba tan alta que no sabías si probarte unos pantalones o pedirte un Gin Tonic. ¿Es esto malo? Por sí mismo, no. Si esa situación te ha molestado puede ser porque no eres el público objetivo de esos negocios, o quizás sí y simplemente la música estaba realmente alta. La cuestión es que no hay un volumen estándar que podamos aplicar a todos los establecimientos, si no que va a depender del público objetivo de cada uno. Si tienes una tienda de moda joven, puede tener sentido poner música alta para evocar el ambiente festivo de un bar de copas. Pero siempre que hagas esto debes asegurarte de que tu público objetivo lo acepta, porque un volumen excesivo es un espanta clientes, ya que se marcharán si les molesta.
¿Has decidido poner hilo musical en tu empresa pero aun no tienes claro qué tipo de música es la más adecuada? te damos las claves para que la música ambiental de tu negocio sea la correcta.
Piensa en tu público objetivo
Uno de los errores comunes que se suelen cometer en estos casos es poner la música que le gusta a uno mismo, lo que puede generar disonancia entre cliente y negocio. La música que utilicemos para nuestro negocio debe agradar a nuestro cliente objetivo. Si, por ejemplo, nuestro producto está orientado a mujeres entre 40-60 años, tendremos que orientar la música a los gustos generales de ese segmento. Poner una música con la que nuestro cliente no se identifica perjudicará a la imagen de marca cuanto más se aleje de los gustos del cliente.
La variedad musical debe ser coherente entre sí y con la imagen de marca
La música no solo debe agradar a nuestro cliente objetivo, si no que además tiene que estar en sintonía con nuestra imagen de marca. A un mismo segmento de edad le pueden gustar géneros tan diferentes como el Rock o las Sevillanas, así que tendremos que adoptar un estilo musical en función de lo que queramos transmitir sobre nuestra empresa.
Igualmente, no es conveniente mezclar géneros musicales muy dispares sin justificación. Es un ejemplo demasiado obvio, pero una ambientación musical donde suena una balada de los Scorpions después de un tema de bachata va a generar confusión en el cliente, que no va a entender el porqué de esa selección musical. Sin embargo, es habitual, y está justificado por las fechas, que muchos establecimientos mezclen su música habitual con villancicos.
Cuidado con el volumen
No existe un estándar de volumen correcto para la música ambiental. Lo más normal es que esté a un volumen moderado que no espante a los clientes por estar demasiado alto, pero hay excepciones. Algunas conocidas marcas de ropa ponen música muy alta porque se dirigen a un público más joven que no solo lo tolera, si no que lo disfruta. Pueden tener un volumen alto porque la música forma parte de la personalidad de la marca y se utiliza como un elemento destacable del espacio. Como si fuera una pieza del mobiliario indispensable de la tienda. Algo con el que el cliente se identifica y actúa como componente de la experiencia de compra. Pero por otro lado, podemos observar cadenas de supermercados con la música a niveles muy bajos donde se busca acompañar sin molestar, que el cliente sienta que el espacio está vivo pero sin estridencias que lo incomoden en su obligatoria compra diaria. Esto se debe a que el público de un supermercado es mucho más heterogéneo que el que puede tener una tienda de moda, por lo que es imposible segmentar por gustos musicales en cuanto a género o volumen. Así que en este caso se opta por una ambientación neutra donde la música se perciba de fondo pero sin ser protagonista.
Los temas musicales deben variar en la medida de lo posible
Es importante que la música ambiental no sea repetitiva para tus clientes. Eso no significa que la misma canción no pueda sonar dos días seguidos, dependerá del tiempo medio que pase tu cliente en el establecimiento y su frecuencia de visita. Si tu cliente habitual viene una vez a la semana y la visita dura unos minutos, o incluso horas, no importa que la música se repita durante la semana, tu cliente no lo percibirá. No obstante, es conveniente que varíe para no saturar a los trabajadores del establecimiento que pasan toda la jornada escuchando la misma música. Hay que tener en cuenta que no todos los tipos de música pueden variar con la misma frecuencia. Es decir, si el estilo de música son ‘éxitos actuales’, la frecuencia de actualización podrá ser más alta que si el estilo es ‘música clásica’, donde hay menos repertorio y no se generan nuevos temas.
Cuenta con el consejo de profesionales
Si vas quieres poner hilo musical en tu negocio y necesitas asesoramiento sobre qué música poner, no dudes en contactar con nosotros.
Utilizar música en un espacio abierto al público requiere cumplir unos requisitos legales por razones de propiedad intelectual, por lo que, para poder poner música de manera legal en tu tienda, tendrás que tener en cuenta una serie de puntos.
1. No utilices Spotify
Si estás pensando en poner música en tu negocio, uno de las primeros impulsos que puedes tener es utilizar Spotify, cayendo en un error bastante común que consiste en pensar que al pagar la cuota ya estarías cumpliendo con la legalidad, sin embargo, no es así, Spotify es un servicio para uso personal y así lo indica en sus términos y condiciones, por lo que no se puede utilizar para uso en un lugar público por temas de derechos de autor. En este post detallamos las razones por las que no es legal utilizarlo.
2. Elige qué música vas a utilizar
No nos referimos al género o tipo de música en sí, si no a tener una idea más o menos clara de la música que quieres utilizar para saber qué entidad de derechos de autor te conviene más, ya que tendrás que tramitar un licencia con la entidad de la música que utilices. Por ejemplo, si quieres música conocida, tendrás que tramitar una licencia con SGAE, ya que es la entidad a la que están adscritos la gran mayoría de artistas populares. Si no te importa que no sea conocida, un alternativa muy común es Soundreef.
3. Tramita la licencia correspondiente
SGAE
Como ya explicamos en este post, si pones música en tu negocio y esa música pertenece al repertorio de SGAE, tendrás que conseguir una licencia de comunicación pública. Tal y como cita en la web de SGAE, las licencias te permitirá utilizar todo su catálogo de música sin tener que pedir permiso a cada autor de forma individual.
Lo primero que tienes que saber es que esa licencia tendrás que tramitarla directamente con SGAE. Es decir que, aunque tengas un proveedor de hilo musical, eres tú, o tu empresa, quien tiene que solicitarla y pagar la correspondiente cuota directamente a la entidad. SGAE no permite el cobro a través de terceros, por lo que ningún proveedor de música podrá incluirlo en su cuota de servicio.
La licencia que necesitas dependerá del tipo de negocio o uso que le des a la música. Fuente: Página web de SGAE
Aclarada esta parte necesitarás identificar qué licencia necesitas. Existen diferentes tipos de licencias cuyo coste dependerá básicamente del tipo de negocio y del uso que se le dé a la música. Un local comercial, donde la música sea un elemento ambiental secundario, tendrá generalmente unas tarifas escaladas que serán mayores cuanto más grande sea la superficie del local. Mientras que por ejemplo, una sala de conciertos donde la música es un elemento principal, el coste será mayor y se calculará en función del número de espectadores. En el caso de utilización de música en vídeos o soportes físicos el coste de la licencia será un porcentaje de la facturación derivada de la utilización de la música.
Como ves, existen muchos aspectos a tener en cuenta a la hora de tramitar la licencia. Para poder tramitar la correcta puedes dirigirte a la página de SGAE, donde encontrarás un listado clasificado por tipos de negocio. Tendrás que elegir el que te corresponda y rellenar los datos requeridos para que calcule tu tarifa o te informe de las condiciones. Si tienes alguna duda sobre qué licencia necesitas, lo más recomendable es ponerte en contacto con ellos.
El importe de la licencia varía en función de las características del negocio.
Estas estas tarifas incluyen también las licencias de AGEDI-AIE. Como vemos en su web “AIE es la entidad de Gestión de los derechos de Propiedad Intelectual de los artistas intérpretes o ejecutantes. AGEDI es la entidad de Gestión de los derechos de Propiedad Intelectual de los productores fonográficos.” Estas entidades tienen un acuerdo con SGAE para que sus licencias estén agrupadas en un solo pago.
En el caso de las licencias de pago recurrente, el pago es trimestral por defecto, pero puedes beneficiarte de descuentos si haces el pago semestral o anual, más un descuento adicional por domiciliar el cobro.
Soundreef
En el caso de Soundreef es bastante similar, aunque no indica los precios. Debes entrar en su web en el apartado ‘Contáctanos’ y allí rellenar el formulario para ponerte en contacto con ellos.
4. El origen de la música que utilices debe ser legal
Para terminar de cumplir con todos los requisitos, toda la música que suene en tu establecimiento debe tener un origen legal, ya sea comprado en formato físico o digital, pero nunca procedente de la piratería. La mejor forma de disponer de un amplio catálogo de música y no tengas que estar comprando música constantemente para que no se repita es contar con el servicio de una empresa especializada en hilo musical como The Sensory Lab, que garantice que el origen de la música es legal y además te ofrezca decenas de canales a elegir que se actualizan periódicamente.
The Sensory Lab ha sido, nuevamente, la empresa seleccionada por Paradores para llevar a cabo la ambientación musical de sus establecimientos durante los próximos 2 años.
En el concurso público se ha valorado la calidad de la propuesta técnica, referente al sistema por el cual la música es distribuida y controlada en los establecimientos. Este año, The Sensory Lab ha presentado su nuevo sistema FLUX Play, que otorga al cliente un mayor control, más funcionalidades y facilidad de uso.
También se ha valorado que la propuesta musical se adapte a las diferentes necesidades de imagen de marca, experiencia del cliente, fechas especiales, zona del establecimiento o tipología del mismo. The Sensory Lab ha confeccionado una propuesta en la que predominan los géneros Chill. Pop y New Age, con un listado de canciones diferenciado para las zonas de spa, gimnasio y restaurante, con diferentes playlist para cada momento del día: mañana, tarde y noche. Igualmente, se ha propuesto un listado musical para las zonas de cafetería y Gin Bar, así como propuestas especial para los establecimientos situados en la costa, entornos naturales y festividades como Navidad, Halloween y San Valentín.
Se ha adaptado la música a la tipología y ubicación de cada Parador. Créditos foto: Paradores
La facilidad de uso del servicio y la actualización de las playlist es otro aspecto que ha sido valorado positivamente, gracias a la actualización automática de los canales. Así como la disponibilidad del servicio técnico para resolver posibles incidencias.
Tras la valoración de todos estos aspectos Paradores ha seleccionado a The Sensory Lab como la opción entre todas las empresas participantes, por lo que continuará siendo su proveedor de música hasta 2023.
Cada zona del hotel tiene un estilo de música adaptado a su función y hora del día. Créditos foto: Paradores