Los errores más comunes en la música de un establecimiento

Los errores más comunes en la música de un establecimiento

Poner música en un establecimiento puede parecer una acción sin más, pero la música influye en la imagen de la marca, por lo que muchas veces se cae en errores que vienen de desconocer esta circunstancia o de no prestarle la debida atención. En todos nuestros años de experiencia, hemos visto multitud de situaciones que siempre hemos querido corregir con nuestro servicio de hilo musical.

 

Elegir la música que a ti te gusta

Uno de los errores más comunes es anteponer los gustos personales a los de la imagen de marca. Si bien es cierto que la música también es un elemento capaz de motivar al trabajador de la tienda, no hay que olvidar que esta debe ir principalmente enfocada a mejorar la experiencia de nuestro cliente objetivo y a comunicarle nuestra imagen. Así que evita dejarte llevar por lo que a ti te gusta y piensa en lo que necesita tu negocio.

 

No contar con una instalación de sonido adecuada

Una buena instalación de sonido no consiste únicamente en material de calidad, también en una buena distribución de los altavoces y disponer de la potencia adecuada para el local. Y cuando decimos ‘potencia adecuada’ también nos referimos a no pecar de exceso de la misma. Seguramente no necesites sonorizar el establecimiento como si fuera una discoteca, o quizás si, dependerá de tu tipo de negocio y del uso que vayas a hacer. La cuestión es que no pagues innecesariamente por una instalación que exceda tus necesidades, ni que tampoco tengas un equipo de mala calidad que te proporcione un sonido deficiente.

 

No unificar la música de todas las tiendas

Si dispones de una cadena de establecimientos conocerás la importancia de que todos los locales transmitan la misma imagen. La experiencia de compra debe ser similar en todas las tiendas para que la imagen de marca no difiera de una a otra. La música forma parte de la experiencia de compra y de la imagen, por lo que es importante unificar lo que suena en cada tienda.

 

Programar cuñas publicitarias demasiado seguidas

Bien, esto no es música, pero está relacionado ya que se emite por el mismo medio y tiene que interrumpirla para que se oiga el mensaje. Muchos tipos de negocios utilizan mensajes de audio que pueden ser cuñas publicitarias o mensajes informativos. Es muy habitual en supermercados, pero también lo podemos encontrar en centros comerciales y otras grandes superficies. La cuñas son una herramienta muy útil que te puede ayudar a aumentar tus ventas, pero eso sí, no las programes demasiado seguido.. Escuchar cada 5 minutos la misma cuña va a resultar molesto al cliente, por lo que se deben programar con moderación y teniendo en cuenta el tiempo medio de visita de los clientes para que no acaben saturados de escuchar lo mismo continuamente.

 

 

Volumen no adecuado

Seguramente has estado en algún bar en el que tenías que gritar para que te escucharan; o en alguna tienda de ropa donde la música estaba tan alta que no sabías si probarte unos pantalones o pedirte un Gin Tonic. ¿Es esto malo? Por sí mismo, no. Si esa situación te ha molestado puede ser porque no eres el público objetivo de esos negocios, o quizás sí y simplemente la música estaba realmente alta. La cuestión es que no hay un volumen estándar que podamos aplicar a todos los establecimientos, si no que va a depender del público objetivo de cada uno. Si tienes una tienda de moda joven, puede tener sentido poner música alta para evocar el ambiente festivo de un bar de copas. Pero siempre que hagas esto debes asegurarte de que tu público objetivo lo acepta, porque un volumen excesivo es un espanta clientes, ya que se marcharán si les molesta.

 

Cómo elegir la música ambiental de un establecimiento

Cómo elegir la música ambiental de un establecimiento

¿Has decidido poner hilo musical en tu empresa pero aun no tienes claro qué tipo de música es la más adecuada? te damos las claves para que la música ambiental de tu negocio sea la correcta.

 

Piensa en tu público objetivo

Uno de los errores comunes que se suelen cometer en estos casos es poner la música que le gusta a uno mismo, lo que puede generar disonancia entre cliente y negocio. La música que utilicemos para nuestro negocio debe agradar a nuestro cliente objetivo. Si, por ejemplo, nuestro producto está orientado a mujeres entre 40-60 años, tendremos que orientar la música a los gustos generales de ese segmento. Poner una música con la que nuestro cliente no se identifica perjudicará a la imagen de marca cuanto más se aleje de los gustos del cliente.

 

La variedad musical debe ser coherente entre sí y con la imagen de marca

La música no solo debe agradar a nuestro cliente objetivo, si no que además tiene que estar en sintonía con nuestra imagen de marca. A un mismo segmento de edad le pueden gustar géneros tan diferentes como el Rock o las Sevillanas, así que tendremos que adoptar un estilo musical en función de lo que queramos transmitir sobre nuestra empresa.

Igualmente, no es conveniente mezclar géneros musicales muy dispares sin justificación. Es un ejemplo demasiado obvio, pero una ambientación musical donde suena una balada de los Scorpions después de un tema de bachata va a generar confusión en el cliente, que no va a entender el porqué de esa selección musical. Sin embargo, es habitual, y está justificado por las fechas, que muchos establecimientos mezclen su música habitual con villancicos.

 

Cuidado con el volumen

No existe un estándar de volumen correcto para la música ambiental. Lo más normal es que esté a un volumen moderado que no espante a los clientes por estar demasiado alto, pero hay excepciones. Algunas conocidas marcas de ropa ponen música muy alta porque se dirigen a un público más joven que no solo lo tolera, si no que lo disfruta. Pueden tener un volumen alto porque la música forma parte de la personalidad de la marca y se utiliza como un elemento destacable del espacio. Como si fuera una pieza del mobiliario indispensable de la tienda. Algo con el que el cliente se identifica y actúa como componente de la experiencia de compra. Pero por otro lado, podemos observar cadenas de supermercados con la música a niveles muy bajos donde se busca acompañar sin molestar, que el cliente sienta que el espacio está vivo pero sin estridencias que lo incomoden en su obligatoria compra diaria. Esto se debe a que el público de un supermercado es mucho más heterogéneo que el que puede tener una tienda de moda, por lo que es imposible segmentar por gustos musicales en cuanto a género o volumen. Así que en este caso se opta por una ambientación neutra donde la música se perciba de fondo pero sin ser protagonista.

 

Los temas musicales deben variar en la medida de lo posible

Es importante que la música ambiental no sea repetitiva para tus clientes. Eso no significa que la misma canción no pueda sonar dos días seguidos, dependerá del tiempo medio que pase tu cliente en el establecimiento y su frecuencia de visita. Si tu cliente habitual viene una vez a la semana y la visita dura unos minutos, o incluso horas, no importa que la música se repita durante la semana, tu cliente no lo percibirá. No obstante, es conveniente que varíe para no saturar a los trabajadores del establecimiento que pasan toda la jornada escuchando la misma música. Hay que tener en cuenta que no todos los tipos de música pueden variar con la misma frecuencia. Es decir, si el estilo de música son ‘éxitos actuales’, la frecuencia de actualización podrá ser más alta que si el estilo es ‘música clásica’, donde hay menos repertorio y no se generan nuevos temas.

 

Cuenta con el consejo de profesionales

Si vas quieres poner hilo musical en tu negocio y necesitas asesoramiento sobre qué música poner, no dudes en contactar con nosotros.

¿Por qué te recomendamos menos del 10% de los temas en listas de éxitos para tu marca?

¿Por qué te recomendamos menos del 10% de los temas en listas de éxitos para tu marca?

El objetivo de colocar ambientación musical en las tiendas es conectar con el consumidor y ayudar a modular la experiencia dentro del punto de venta. Sin embargo, utilizar la música más escuchada de las listas de éxitos mundiales para esto, no siempre es la decisión más acertada.

¿Por qué?

Porque las listas de música más escuchada dependen de muchos factores, generalmente de la cantidad de reproducciones/descargas que tiene una canción o artista en algún medio en específico. Y aunque esta información en ocasiones es valiosa para las marcas para conocer tendencias musicales, en bruto no es suficiente, debe ser procesada por profesionales para generar el audio branding de una marca. Uno de los principales errores que cometen las marcas al guiarse sólo por las listas de éxitos es que su ambientación musical no es la idónea para  todo su target; por  muy definido que sea su público objetivo, la realidad es que sus clientes, si bien pueden coincidir en edad, estilo de vida, clase social,…, son muy diferentes entre sí, con diferentes culturas, religiones, ideales, gustos y sensibilidades. Nosotros en TSLab  modulamos y creamos la experiencia a través de la música para más de 20.000 puntos de venta a nivel mundial desde hace varias décadas, y sabemos de primera mano que no es tan fácil dar con la selección musical idónea para cada marca. Nuestro equipo de Content producers a la hora de diseñar la identidad sonora, primero estudia y valora los objetivos de la marca, su sector, y público objetivo, y a partir de ahí selecciona, escucha y edita cada tema para que en su conjunto sean aptos para todos sus clientes, sin contenidos explícitos, alusiones o connotaciones que puedan herir sensibilidades o resultar ofensivos. Es vital que la música que suena en las tiendas sea coherente con el posicionamiento y la experiencia que se quiere brindar a los consumidores, por lo que dejar esta elección a los charts musicales es ir en contra de este principio básico.

Crees que tus clientes se sentirían cómodos oyendo en tu tienda «Haciéndotelo así, así, así. Así como te gusta baby» o «Déjame sobrepasar tus zonas de peligro, hasta provocar tus gritos y que olvides tu apellido» o «Siempre he sido una dama, pero soy una perra en la cama…», probablemente no, y es que si bien en privado pueden ser las más escuchadas en público la cosa cambia y pueden herir sensibilidades.

Estas son las 10 canciones más escuchadas de la década:

  1. Me rehúso – Danny Ocean
  2. Despacito – Luis Fonsi feat. Daddy Yankee
  3. Shape of you – Ed Sheeran
  4. Sin pijama – Becky G feat. Natti Natasha
  5. Contando lunares – Don Patricio feat. Cruz Cafuné
  6. Vaina Loca – Ozuna feat. Manuel Turizo
  7. Bailando – Enrique Iglesias, Descemer Bueno, Gente de Zona
  8. Te boté (remix) – Nio García, Casper Mágico, Bad Bunny, Darell, Ozuna y Nicky Jam
  9. Felices los 4 – Maluma
  10. Reggaetón lento (Bailemos) – CNCO

¿Cuáles incluirías en el Audiobranding de tu marca?

La importancia de la música para tu marca.

La importancia de la música para tu marca.

Con motivo del Día Europeo de la Música, hoy queremos hablaros de su importancia ligada al mundo empresarial. Ya hace tiempo que las marcas decidieron conquistar la parte emocional de su público. Ahora más que nunca la música es esencial para definir su identidad, sus valores y es clave dentro de la construcción integral de la imagen de marca.

Hoy por hoy todas las grandes compañías tratan de diseñar una estrategia de Audiobranding que genere engagement con sus clientes, a través del único lenguaje universal: la música, tratan de despertar los sentidos y las emociones del consumidor.

El sentido del oído es muy potente y diversos estudios afirman que un sonido nos produce más sensaciones que mil imágenes. No hay duda de que su poder y efectos en la mente del consumidor son asombrosos. La música puede evocarnos recuerdos, despertarnos emociones y afectar a nuestro comportamiento. Las marcas aprovechan esta herramienta tan poderosa para transmitir sus valores a los consumidores, crear recuerdo, impactarles emocionalmente y generar engagement.

Un estudio de 2018 titulado ¿Cómo afecta la música al consumidor y a su toma de decisiones? llevado a cabo por la Universidat Pompeu Fabra de Barcelona, concluye que “la música es un estímulo positivo a la hora de realizar un proceso de compra”. Por esta razón, usarla de forma adecuada y estratégicamente, puede ofrecer a las marcas grandes ventajas como:

 

-Aumentar el recuerdo y la asociación.

-Contribuir a su identificación y diferenciación en el mercado.

-Dar personalidad.

-Influir en la conducta y la toma de decisiones de los consumidores.

-Cambiar la forma en la que el público percibe una marca.

A la hora de definir su estrategia de Audiobranding, muchas marcas además de cuidar la ambientación musical optan también por personalizar esta estrategia con jingles, una voz de marca, una canción y/o un logo musical, todos ellos son componentes fundamentales en el branding sonoro.

El logo musical forma parte de esa estrategia de branding sonoro y tiene como objetivo convertirse en un elemento clave de asociación con la marca que perdure en el tiempo, que tenga gran alcance y que, además, forme parte de su esencia y represente su personalidad. A través de un logo musical o audio logo las empresas crean una identidad sonora propia que contribuye a su diferenciación en el mercado.

Algunas multinacionales como Intel, Windows o McDonald’s tienen audio logos muy populares reconocidos por los consumidores a nivel mundial. Recientemente, Mastercard ha estrenado también su logo sonoro que podrá ser escuchado cuando se realicen pagos, en los tonos de espera de atención al cliente e incluso al final de los spots publicitarios de la marca.

Sin embargo, la elección de un logo sonoro para tu marca o de la ambientación musical de tu negocio no consiste en elegir cualquier tipo de música o sonido al azar. Estos deben adaptarse a distintas variables como tus clientes, tu identidad de marca, la franja del día o la época del año. Además, no deben saturar nunca ni a tus clientes ni a tus empleados, de no hacerlo así los primeros no se sentirán identificados con tu negocio y, además, reducirán el tiempo de estancia en tu PDV; y los segundos, se sentirán incómodos y desmotivados y mostrarán ante el público una imagen no deseada de tu marca.

Para que esto no ocurra, desde TSLab te ayudamos a definir tu identidad sonora y a elegir el hilo musical más apropiado para tu empresa, adaptándonos a la filosofía de tu marca y a tu público objetivo para que tu estrategia de audiobranding sea la adecuada y así contribuir a que tu negocio sea un éxito. Nuestros más de 50 años de historia, el trabajar para las marcas más reconocidas de todos los sectores en más de 70 países, y nuestra tecnología avalan nuestra experiencia, eficacia y profesionalidad.

Si crees que tu estrategia de Audiobranding, necesita un cambio, ¡Anímate y consúltanos!

info@tslab.es

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Los 3 grandes beneficios de la música en las tiendas

Los 3 grandes beneficios de la música en las tiendas

La música es un elemento muy común en los establecimientos, hasta el punto que nos resulta extraño entrar en una tienda y que esta esté en silencio. Y es que la música, por presencia o por ausencia, comunica. Nos cuenta cosas de la empresa y cambia nuestro estado de ánimo. Puede motivarnos, hacer que estemos más contentos y que lo pasemos mejor. Pero también puede alterarnos, ponernos nerviosos e incluso provocar que abandonemos un establecimiento si nos desagrada o tiene un volumen excesivo. La música es una herramienta para la construcción de marca, que puede otorgarnos diversas ventajas. Podríamos agrupar los beneficios de la música en tres grupos: la música como herramienta de comunicación de marca, como herramienta para mejorar la productividad y como herramienta para aumentar las ventas.

1. La música como herramienta de comunicación de marca.

La música, como elemento emocional, define tu identidad y la percepción que los clientes tienen de la marca. La ausencia de música o una música que no se ajuste al branding corporativo pueden provocar que el cliente perciba una idea equivocada de la marca. Esta disciplina de utilizar la música como herramienta de marca es lo que se conoce como audio branding. Pongamos por ejemplo que tenemos una tienda de juguetes y la ambientamos con rock de los 80 porque personalmente consideramos que es la mejor música. Por muy amantes del rock que seamos estaríamos cometiendo un error, ya que no estaríamos utilizando una música acorde con el perfil de nuestro cliente objetivo, que en este caso serían los niños. Es importante ser consciente de que el cliente debe identificarse con la música si queremos que mejore su engagement con la marca. Si ponemos música clásica a una tienda de ropa juvenil, el cliente difícilmente se identificaría con ella porque estaríamos mandando mensajes contradictorios. Por una parte tendríamos una marca de moda juvenil y moderna, pero por otra parte estaríamos poniendo música clásica. Es por esto que la música se convierte en una herramienta para definir tu marca en los lugares de contacto directo con el cliente. Allí donde este toma la decisión de compra y en el que el factor emocional cumple un factor determinante.

Las marcas con música que se ajusta a su identidad son un 96% más recordadas.

North, Hargreaves y McKendrick, 1999.

El 67% de los clientes percibe que el establecimiento es más moderno si les gusta la música.

Vision Critical, 2012.

El 41% de los clientes percibe que el silencio es negativo en un establecimiento.

RED, 2013.

El 99% de los trabajadores del retail opinan que los establecimientos con música son más atractivos.

RED, 2013.

 

2. La música para mejorar la productividad.

Ya hemos comentado que la música es un elemento emocional, por lo que también es útil para mejorar el estado de ánimo de los trabajadores. Un trabajador que se siente cómodo y contento en su trabajo es un trabajador más productivo. La música puede crear un ambiente de trabajo más distendido en el que se reduce la sensación de estrés. También evita que el trabajador se centre en ruidos molestos que le puedan desconcentrar. Un reciente estudio de Vision Crítical nos deja algunos datos interesantes respecto al uso de la música en el trabajo.

El 88% de los trabajadores se mostraron más eficientes cuando escuchaban música.

Vision Crítical, 2012.

El 85% de los trabajadores piensa que la música mejora el ambiente de trabajo.

Vision Crítical, 2012.

El 71% de los trabajadores prefiere trabajar con música.

Vision Crítical, 2012.

El 74% de los trabajadores disfruta más en el trabajo si les gusta la música.

Vision Crítical, 2012.

 

3. La música para aumentar las ventas.

El tercero de los beneficios de la música es que contribuye a que el cliente se sienta a gusto en la tienda, a que permanezca más tiempo y que, debido a esto, aumenten las probabilidades de compra. Una música inadecuada para el target o un volumen excesivamente alto pueden precipitar la salida de los clientes, y en consecuencia, que el cliente abandone la tienda sin comprar. Aunque también puede influir la adecuación al producto. Según un estudio de North, Hargreves y Mckendrick (1999) se utilizó música típica francesa y alemana en días alternativos en los mostradores de vino de oferta de un establecimiento. Los días que se puso música francesa incrementó las ventas del vino francés en una proporción de 3 a 1 frente al vino alemán. Mientras que, cuando se puso música alemana, la venta del vino alemán incrementó en proporción de 2 a 1 respecto al vino francés.

El 35% de los clientes permanece más tiempo en la tienda si les gusta la música.

Uncovering a musical myth, Heartbeats international, 2011.

El 14% de los clientes compra más si les gusta la música de la tienda.

Uncovering a musical myth, Heartbeats international, 2011.

 

Fuentes:

 

El origen del hilo musical

El origen del hilo musical

Ya mencionamos algo sobre el origen del hilo musical en el artículo sobre Muzak. Muzak fue la empresa que inventó lo que hoy se conoce coloquialmente como hilo musical. Pero, ¿Por qué se originó este concepto? ¿Cuál fue su cometido original?

Nos remontamos a los años 20 del siglo XX. Década enmarcada en pleno auge de construcción de los grandes rascacielos norteamericanos, un periodo que transcurrió principalmente entre 1884 y 1939. Debido a su enorme altura se hacía imprescindible el uso de ascensores para acceder a las partes más altas de los edificios. Sin embargo, el ascensor era un invento relativamente reciente y cuyo uso no era tan cotidiano como lo es hoy en día. Por ello despertaba recelos en muchos de sus usuarios, ya fuera por temor a un desprendimiento o por la claustrofobia de permanecer encerrado en un espacio tan pequeño. El problema era que la altura de los edificios hacía del viaje en ascensor un trance obligatorio. Era eso o subir decenas de pisos a pie. La solución más viable fue poner música para amenizar los largos trayectos y calmar los nervios de los pasajeros más aprensivos.

Así fue como comenzaron a comercializarse los primeros hilos musicales en los rascacielos de Nueva York. Ese primer uso del hilo musical es el que le dio el hoy despectivo nombre de ‘música de ascensor’ pero ya comenzaba a explorar el concepto ‘sensorial’ y, a pesar de la sencillez de la música, cumplía una función específica: evitar un ataque de pánico. Es por esta razón que la música tenía la obligación de respetar unos requisitos específicos. Debía ser música ligera, sin estridencias y a un volumen moderado, casi imperceptible. La idea era obviamente generar un ambiente relajante.

El hecho de que el hilo musical fuese asociado al ascensor lo convirtió en un concepto vinculado al lujo. A diferencia de hoy en día, los ascensores solo podían encontrarse en los grandes edificios, lo que los convertía en un objeto exclusivo, en un símbolo de poderío económico. El hilo musical heredó esa percepción por extensión, ya que en sus inicios el ascensor era el único lugar donde podía encontrarse.

Aunque el concepto de hilo musical ha sido muchas veces criticado por la simpleza de su música, la selección de esta ha sido siempre intencionada y orientada a un fin concreto. En los años 40 su uso se extendió a fábricas y empresas, donde comenzó a explotarse su potencial como estimulante sensorial. La música se convertía en una herramienta para mejorar el estado de ánimo de los trabajadores y aumentar su productividad. En este caso se utilizaba música sin estridencias, evitando los grandes éxitos y las partes cantadas que pudieran suponer una distracción, todo ello a un volumen moderado. Como podemos ver, el propósito final de aumentar la productividad requería de un trabajo previo de diseño musical de la ‘playlist’. El conocido como ‘Muzak’ o ‘hilo musical’ se volvía más complejo y empezaba a convertirse en la herramienta imprescindible que es hoy para las empresas.

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